En las terapias Humanistas parece que lo importante es el contacto físico, los abrazos, sentir los materiales con los que trabajamos, la cercanía física entre terapeuta y paciente.
El momento que estamos viviendo de confinamiento, es un reto poder adaptar o crear nuevos modos de establecer relaciones terapéuticas desde un encuadre humanista a través de llamadas o video llamadas, plataformas online, WhatsApp y otras modalidades.
¿Disminuye entonces el efecto de nuestras terapias centradas en el cuerpo, el afecto y cercanía de los abrazos, sentir el agua o las pinturas por ejemplo?
Pienso que sí se puede, es un reto y lo estamos haciendo, todos los caminos son importantes, incluso éste, el de la distancia física de dos metros, o las plataformas y medios informáticos.