El Movimiento de la Psicología Humanista nació con una clara voluntad integradora, tanto en lo que se refiere a los modelos teóricos que compartían una visión holista del ser humano, en relación con los diferentes subsistemas de la personalidad. Así, desde una concepción sistémica de esta, se rompían los límites de reducir la psicoterapia al cambio del comportamiento práxico del presente (conductismo) o a la solución de los traumas del pasado (psicoanálisis). Igualmente desbordó la estrechez del enfoque cognitivo como eje único de la comprensión de los trastornos mentales y de las intervenciones terapéuticas. En la ponencia se tratarán los diferentes intentos que se han dado a la hora de integrar aportaciones de modelos diversos y la coherencia o incoherencia de los mismos, y la variada amplitud de los marcos del encuadre del proceso de psicoterapia. Igualmente se abordará la integración, en la sesión terapéutica, de los diferentes subsistemas que configuran el mundo de la persona que allí acude: los aspectos somáticos, cognitivos, afectivos, relacionales, sociales, existenciales y espirituales y los diferentes tiempos que habitan en el momento (pasado, presente y futuro), para poder ayudar al sujeto a armonizar estos diferentes niveles de forma que salga de aquella sesión con la experiencia de unificación interior que caracteriza la salud mental. Como ejemplo de esta integración se propondrá el modelo de la Psicoterapia Integradora Humanista, tanto en lo que se refiere a los aspectos metateóricos y teóricos de la misma, como a los aspectos vinculares, estrategias y técnicas de intervención, teniendo en cuenta el carácter único del protagonista de la psicoterapia, con su peculiar sensibilidad, riqueza y limitaciones, su nivel de conciencia y sus habilidades terapéuticas.
